¿Cómo exfoliar la piel?

Exfoliar es quitar capas. Esas que ya no suman. El primer paso y el más importante. Despojarnos de impurezas. Devolvernos salud y bienestar. También emocional.

La piel es el órgano más grande que tenemos y por eso debemos cuidarlo. En dermatología y cosmética, nos habla de una fase de cambio, de renovación celular de la piel por medio de la supresión de las células muertas de la epidermis, de una mejor circulación y de un aspecto más suave y cuidado gracias a la liberación de toxinas a través de los poros. Y va más allá del rostro. Manos, piernas, espalda, labios, vientre, caderas son áreas posibles de acondicionar, liberar y tonificar.

Todas soñamos con poder mostrar una dermis hermosa y uniforme, por eso, cómo exfoliar la piel es importante. Nos vuelve saludables y nos cautiva a un nivel más hondo. Un cutis y un cuerpo de terciopelo embeben mejor las cremas y lociones hidratantes o nutritivas y se dejan ver radiantes. Preparados caseros, geles naturales, abrasión química o láser en centro de estética, según gustos y necesidades puntuales, logran esa plenitud.

Un ritual que nuestras asesoras aconsejan realizarnos periódicamente, más allá de cómo vengamos notando la piel, para devolverle higiene, vida y luz, ayudando a eliminar residuos, renovarse y así prevenir infecciones, falta de respiración y tonos opacos.

En verano y en invierno, porque es justo tras la exposición prolongada a los rayos del sol y las bajas temperaturas del frío cuando la piel más necesita cuidados intensos para volver a su estado ideal. Y hacerlo más de dos veces al mes cuando se trata del resto del cuerpo, más todavía, previo a una depilación porque prepara la zona como ninguna.

Y en este punto, las extremidades igual deben ser cuidadas de impurezas para volverlas luminosas y bellas. Con las piernas nos movemos, hacemos ejercicio, llegamos antes, damos el paso, las mostramos orgullosas. Por eso nuestros exfoliantes naturales favoritos son de lo más efectivos y entienden tanto la necesidad de velar por ellas.

Previo a saber con exactitud cómo tratarlas, veamos el poder infinito que le aporta a la piel:

- La libera de impurezas: este tipo de cuidados es el más conveniente para devolverle limpieza a la piel, por encima de cualquier otro método estético.

- Resulta una píldora antiedad: la higiene más allá de lo superficial evita el envejecimiento precoz, muda la capa dérmica y da respiro a la piel.

- Desinflama: cuando no se mima la piel es bastante normal verla engrosada y con poros obstruidos. Es esa acumulación de células muertas la que lo origina y debemos quitarla.

- La mejor socia de la depilación: es la que mejor prepara la piel para este proceso y evita que se enquisten vellos luego o la piel se irrite.

- Antimanchas: llevado cada 10 o 15 días, es muy provechoso para unificar el tono, más todavía si se trata de minimizar marcas de acné o solares antes de que se fijen.

- Impulsador de belleza: un exfoliante de piernas ayuda también a reforzar lo lindas que somos, y acentuar las propiedades anticelulíticas y hasta bronceantes de nuestra piel.

 

¿Cómo exfoliar las piernas?

El primer paso previo a renovarlas es humedecerlas en agua tibia para acondicionar la piel, mejor todavía si ocurre en la ducha, y los productos con contenidos libres de químicos y alcohol son los que mejor se adaptan aplicados con masajes suaves y toques circulares. Una esponja exfoliadora en una gran aliada de este proceso, que finaliza con el lavado de la zona y posterior secado. Luego, con hidratarla basta para verla y sentirla hermosa por muchos días.

Bálsamos naturales con aceites esenciales e ingredientes naturales como los de nuestra delicada línea + sus dulces fragancias duraderas, son los más aconsejados por dermatólogas para deshacernos de las impurezas, células muertas, estimular la circulación y quitar el vello enraizado de esta zona tan sensible del cuerpo. Y así lucir piernas revitalizadas y listas para impregnar mejor nuestra crema favorita hidratante, mientras queda un aroma duradero que nos hace sentir muy bien.

Trasformadas, más frescas, radiantes y de apariencia suave y firme. Una promesa que se cumple. Exfoliar con tanta calidez las piernas es un ritual que debe hacerse con frecuencia y productos específicos, porque, además, es vital que elijamos ingredientes confiables y delicados, que no nos dañen ni irriten.

 

¿Cómo exfoliar el cuerpo?

No es lo mismo exfoliar la cara, que las piernas, los codos, los pies o las manos. Se trata de una sesión muy personal de belleza que nos fortalece, uniforma, y que por eso mismo debe ser adecuada. De eso depende que luego podamos lucirla divina.

Si no se opta por un exfoliante acorde, la piel puede padecerlo y además no lograr su fin. Por eso, debemos tener presente siempre estos pasos previa consulta:

- Elegir el producto más apto para cada zona. Cada sector tiene su exfoliante idóneo, ese que no solo nos equilibra, también posee el grano ideal que limpia y no irrita.

- Para el rostro, además, es necesario que se adapte a nuestro tipo de piel: seca, mixta o grasa. Si es muy sensible, los abrasivos no deben usarse.

- Se puede aplicar el exfoliante con la yema de los dedos o con una esponja liviana del tipo vegetal

- Los movimientos circulares ascendentes son sublimes para acelerar el proceso. Debemos hacerlos sobre la piel húmeda, no seca. En la zona T, más.

- Si es en el cuerpo, con masajear delicadamente un buen rato en las áreas más desprovistas, es suficiente.

- Cuando sea en los pies, al inicio se aconseja usar lima o piedra, y luego proceder a aplicar el producto específico en las zonas más engrosadas. Debe hacerse con guantes.

- Si se trata de las manos, friccionarlas juntas alcanza para activar sus propiedades. Un mimo que hace notar la diferencia.

Suavidad, cuidado propio y renovación placentera al tomarnos unos minutos sagrados para realizar este gesto de belleza que nos potencia e ilumina y nuestra piel refleja tan bien.

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